Y tú como viajas, ¿de turista o peregrino?
La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el intento de un camino, el esbozo de un sendero.
“Demian” (1919), Hermann Hesse
La peregrinación a Santiago comienza hace más de mil años en nuestra historia, a partir de que supuestamente fueran encontrados los restos del Apóstol Santiago, evangelizador de la Península Ibérica, en lo que hoy conocemos como Santiago de Compostela.
La tumba de Santiago, descubierta bajo el reinado de Alfonso XII El Casto, se convirtió en centro de peregrinación, atrayendo a fieles llegados de toda Europa, a partir de los siglos X y XI. Sin embargo el verdadero auge del Camino de Santiago comienza en el s. XII, cuando Santiago de Compostela se equipara en importancia como centro de peregrinación a otros puntos tan importantes en el cristianismo como Roma y Jerusalén.
Si bien la peregrinación a Santiago decayó notablemente en número de peregrinos al concluir la Edad Media, con el paso al Renacimiento y en época de la Reforma protestante, el Camino de Santiago nunca llegó a desaparecer del todo.
La tradición jacobea se ha seguido conservando en las localidades atravesadas por las rutas de peregrinación incluso en una época en la que el Camino fue algo olvidado en Europa.
La peregrinación es un tiempo en el que se vive apartado de la vida diaria y en el que uno se dirige a un lugar santo. Santiago, junto a Roma y Jerusalén, es el tercer gran destino de peregrinación cristiana en el mundo.
La red jacobea es recorrida cada año por gente que viene de distintas partes del mundo. Todos llevan el propósito y la convicción de llegar a la Catedral de Compostela.
Es indudable que el esfuerzo realizado por recuperar el Camino de Santiago y hacer las rutas accesibles, unido al enorme trabajo de comunicación y difusión, explican, en gran medida, la afluencia de peregrinos a Santiago. No obstante, más allá de la disponibilidad de las rutas, las personas que peregrinan a Santiago de Compostela realizan un gran trabajo para completar esta hazaña.
Hay tantas motivaciones para peregrinar a Santiago, como peregrinos hay en el Camino.
Andaré este largo camino, este camino tan largo, hasta el final, hasta el final del corazón, andaré este camino largo, largo, largo…
Pero no necesariamente hay que viajar a la India, no caminar hacia Compostela para emprender un viaje iniciático.
Ni tampoco apartarse del mundo.
El peregrino es el que sale en busca de una meta determinada. El hombre no nace en la plenitud de su ser. Por eso la llamada a la peregrinación le ayuda a salir hacia metas nuevas y mejores. Salir desde donde uno está para llegar a algo mejor… para llegar a ser mejor.
Peregrinar no es solo andar y andar por tierras desconocidas hacia un santuario, es hacerte mejor cada día que andas…
Por eso podemos entender la propia vida cómo un peregrinaje
El camino de la magia -como, en general, el camino de la vida- es y será siempre el camino del misterio.
“Brida” (1990), Paulo Coelho
Cuando uno se adentra en la aventura del autoconocimiento y decide recorrer las infinitas vicisitudes y telarañas que separan el yo falso del yo verdadero, se inicia en un camino, cuyo recorrido a veces es angosto, rocoso, en algún tramo, una ligera llanura para retomar fuerzas para el siguiente tramo
La vida siempre nos enseña más que el camino a Santiago, pero no tenemos mucha fe en lo que la vida nos enseña
(Paulo Coelho)
Vivir la vida con consciencia y responsabilidad es todo un reto
Implica someterse a varias renuncias, entre otras las que tienen en buen asiento y comodidad al ego y a esos matices de la personalidad que a lo largo del camino, van a ser expuestos para ser resueltos
El soltar lo conocido para adentrarse en un viaje hacia parajes nuevos, donde a veces toca saltar sin paracaídas, genera todo un despliegue de acontecimientos, tanto internos como externos que enriquecen consistentemente la aventura, con la obligación de trascender barreras, limitaciones y miedos
Todo esto convierte al viaje en toda una experiencia de Consciencia
Y es que la vida, es todo un aprendizaje, si decides adentrarte en ella con las ventanas abiertas, disposición y consciencia
Nacemos solos y morimos solos. Y en realidad el viaje transcurre en profunda soledad
El Camino es como nuestra propia vida, debes dejar que te sorprenda a cada paso. El Camino se debe hacer desde la soledad de cada uno, en compañía de todo el mundo.
Son muchos los que nos acompañan en diferentes tramos del trayecto, pero pocos permanecen, unos llegan y otros se van…
Incluso en la mejor compañía, el caminante se encontrará infinitamente solo en su propia presencia.
Aprender a estar con uno mismo, es uno de los grandes retos del camino
Hay muchas maneras de andar por la vida, y la siguiente frase define profundamente la diferencia
El turista exige, el peregrino agradece
Y todo en la vida es hacer camino, para el que está dispuesto a transitarlo
El camino empieza en la puerta de tu casa.
En este caso he elegido esa foto, porque representa el final del viaje, la conclusión, la llegada a la meta al objetivo
Y es muy representativa
El océano formado por infinitas gotas de agua, es el reflejo del infinito mar de conciencia del que todos formamos parte.
De donde todos partimos y al lugar donde inevitablemente volveremos al final de nuestro recorrido
La victoria del peregrino a final de su viaje
Hollando el sendero…
Gracias.